Los más de 14.000 musulmanes que viven en la comunidad gallega están llamados a celebrar, desde el pasado día 8, el ramadán,
A Coruña,28.07.2013,laopinioncoruna.es,María De La Huerta
Los más de 14.000 musulmanes que viven en la comunidad gallega están llamados a celebrar, desde el pasado día 8, el ramadán, una tradición cuyo objetivo es «purificar el alma» de los fieles .
Los más de 14.000 musulmanes, según las cifras oficiales, que viven en Galicia están llamados a guardar ayuno desde el alba hasta la puesta de sol durante el mes de Ramadán, el de la «purificación de los creyentes», que comenzó el pasado día 8. Comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales está prohibido durante las horas de luz solar (salvo excepciones). Al caer la noche, las familias se reúnen para celebrar el ‘iftar’, una comida con la que se rompe la abstinencia y en la que nunca faltan los dátiles
«Observad un ayuno riguroso hasta la caída de la noche» -especifica el Corán a los fieles-. Y durante la noche «comed y bebed hasta que al alba pueda distinguirse un hilo blanco de uno negro». Más de 14.000 musulmanes (según las estadísticas oficiales) están llamados en Galicia -unos 4.000 en la provincia de A Coruña- a guardar ayuno y abstinencia desde la salida hasta la puesta del sol durante una de las grandes celebraciones del islam, el mes de Ramadán, el de la purificación de los creyentes, que comenzó el pasado día 8, y se prolongará hasta principios de agosto.
«El ayuno o ramadán es uno de los grandes pilares (preceptos fundamentales) del islam, junto con la profesión de la fe, la oración (cinco veces al día) la limosna y la peregrinación, al menos una vez en la vida, a La Meca», destaca el presidente de la Comunidad Islámica de Galicia, Mustafá Alhendi, quien explica que el ramadán coincide con el noveno mes del calendario lunar (por el que se rigen los musulmanes), once días más corto que en el calendario solar, y cuyos meses comienzan cuando es visible el primer cuarto creciente después de la luna nueva, es decir, un par de días después de ésta. «La migración de La Meca a la Medina marca el inicio del calendario islámico, con meses que oscilan entre los 29 y los 30 días», especifica Alhendi.
El ramadán tiene por objeto purificar el alma de los fieles y, por ello, éstos deberán dedicar sus días a la meditación, olvidándose de todo aquello que los acerque a la vida terrenal. «Desde el alba, hasta la puesta de sol, hay que abstenerse de comer, beber, fumar o mantener relaciones sexuales», apunta el presidente de la Comunidad Islámica de Galicia. «Los enfermos crónicos, los ancianos, los que están de viaje y las mujeres embarazadas o con la menstruación, sin embargo, no están obligadas a realizar el ayuno, y pueden recuperarlo a lo largo del año», aclara. Si no pudieran hacerlo por causas físicas, deberán alimentar a una persona necesitada por cada día que no cumplieron el ayuno. «Los niños tampoco tiene por qué ayunar hasta la adolescencia, aunque es habitual que sus padres empiecen a instruirlos en ello, para que se vayan acostumbrando y que, por ejemplo, ayunen hasta el mediodía o durante unas horas», explica Alhendi.
El ayuno se debe romper cuando «la circunferencia completa del sol haya desaparecido» y «puede distinguirse un hilo negro de uno blanco», es decir, con la caída de la noche. «El ramadán es una festividad con dos vertientes fundamentales: la vida espiritual, que se concreta en el culto a dios y en hacer el bien, intensificando las ayudas a las personas necesitadas, y la social, con un cariz más familiar», señala el presidente de la Comunidad Islámica de Galicia, quien explica que, a la hora de romper el ayuno, las familias musulmanas se reúnen para celebrar el iftar, una comida con la que se rompe la abstinencia y en la que nunca faltan los dátiles, además de dulces típicos de estas fechas. «Tampoco es aconsejable ponerse las botas durante la noche, porque el estómago no está preparado. Lo ideal es empezar tomando unos dátiles -entre uno y tres es lo que recomienda el profeta- y realizar una comida ligera, a base de sopas o verduras», indica Alhendi. «Al final del ramadán, lo habitual es haber perdido entre 7 u 8 kilos», reconoce.
Durante el mes de Ramadán, también es costumbre ofrecer comidas a los más desfavorecidos. «El islam es religión de paz y armonía; esa es la verdadera enseñanza del Corán, revelada por Alá en el mes de Ramadán, y la que transmitimos a nuestros hijos, lejos de cualquier extremismo y violencia», remarca el presidente de la Comunidad islámica de Galicia. «Y el ramadán es un mes de paz, perdón y sacrificio», concluye.
La celebración del mes de Ramadán está marcada en todo el mundo, y también en Galicia, por los conflictos de Siria y Egipto, tal y como reconoce el presidente de la Comunidad Islámica de Galicia, Mustafá Alhendi.
«Siempre nos acordamos de nuestros hermanos que sufren en otros países, y estos días los tenemos especialmente presentes en nuestras oraciones», destaca Alhendi, quien se muestra muy crítico con la actitud de la comunidad internacional ante la situación que se vive en ambos países y, especialmente, en Siria. «Han muerto cientos de miles de personas inocentes, muchas más de las que reflejan las cifras oficiales, hay millones de desplazados… y nadie levanta la voz, hay un silencio desgarrador», denuncia, y subraya: «El pueblo sirio solo pide libertad».
Mustafá Alhendi lamenta que todavía haya «mucho desconocimiento», que se «intente trasladar a la sociedad ideas prejuiciosas» sobre el mundo musulmán y que muchas personas «solo conozcan lo que se trata de vender: que somos intransigentes, agresivos, terroristas… y no es verdad. Hay musulmanes intransigentes igual que los puede haber gallegos, igual que hay terroristas que no pertenecen al islam», recalca.
«El islam es una religión de paz y armonía, y eso es lo que transmitimos a nuestros hijos, lejos de cualquier extremismo y violencia», insiste Alhendi, quien invita a todo aquel que quiera conocer más de cerca la cultura musulmana a que «se acerque a cualquiera de las dieciocho entidades y comunidades religiosas relacionadas con el islam» que existen en Galicia. «Sus puertas están abiertas a todo el mundo», concluye el presidente de la Comunidad Islámica gallega.