Esa “solución justa” de la que habla pasa, aclara, por «garantizar los derechos de todos los ciudadanos, partidos políticos, las minorías, y sobre todo los jóvenes”
Badajoz,03/09/2014-teinteresa.es, Luz Sela
Adel Mohamed Najjar llegó a España hace 23 años procedente de Gaza. Su intención era estudiar Medicina, pero no llegó a acabar la carrera. Su pasión por difundir la cultura islámica y el mensaje del Corán lo llevó a fundar la comunidad islámica de Badajoz, en la que ejerce como imán. Preside también la Unión de Comunidades Islámicas de Extremadura y se muestra preocupado y crítico por las noticias protagonizadas por el Estado Islámico (EI) y el avance de su “califato” del terror.
Desde su mezquita, él se esfuerza por lanzar un mensaje de convivencia y respeto. Lo que representa este grupo radical, afirma, no es ni mucho menos representantivo del sentir de la comunidad musulmana. “El islam es un mensaje basado en grandes valores y principios morales, llama al respeto hacia las otras personas, y garantiza la justa convivencia con las otras religiones, tenemos que posicionarnos contra el radicalismo, que no tiene religión ni raza ni nacionalidad”, dice rotundo. “Hay que aclarar que ningún Estado, ningún país musulmán ha reconocido al Estado Islámico. Estamos hablando de un fenómeno que no tiene legitimidad por ninguna institución islámica, y eso me gustaría que quedase claro. Nuestra postura es de rechazo y condena”.
El imán no oculta su inquietud porque la aparición de este grupo y sus atrocidades dañe la imagen de la comunidad musulmana y en la convivencia. Varios fieles de la mezquita, dice, le han trasladado su inquietud, y por eso se muestra convencido en que es necesario revalorizar el papel del “imán”, el encargado de “purificar la imagen del Islam”.
“El imán es un líder religioso que se dirige a la gente en muchos momentos y por eso su papel es fundamental. Tenemos que aprovechar nuestro mensaje para conseguir la convivencia. Aquí, en Occidente, nuestro papel es incluso más importante que en los países árabes, y tenemos más responsabilidad para defender la convivencia”, dice.
Detrás del extremismo islamista, él identifica una causa clara: “Creo que todo lo que está pasando en la zona de Oriente Medio es consecuencia de una injusticia internacional. Creo que la comunidad internacional debe buscar una solución en Irak y Siria, una solución justa. Porque estoy seguro de que en el momento que consigamos solucionar esos problemas, automáticamente desaparecerá este grupo, su mentalidad e ideología”, explica.
Esa “solución justa” de la que habla pasa, aclara, por «garantizar los derechos de todos los ciudadanos, partidos políticos, las minorías, y sobre todo los jóvenes”. Ellos son el caldo de cultivo de estos movimientos radicalizados.
“Hoy por hoy, no ven opciones para ejercer su vida con normalidad, un futuro, oportunidades, y eso provoca que algunos opten por el radicalismo y que salgan de vez en cuando algunos líderes que son capaces de conectar con ellos y atraerlos con su discurso. Por eso creemos que la comunidad internacional debe trabajar más por la convivencia, por el respeto, por el pueblo. La justicia social es la mejor solución para acabar con lo que está provocando”.
Najjar no guarda, en cambio, excesiva confianza en que esto se produzca en el corto plazo. “Se habla de quién lo ha fundado, de quién es el responsable, de dónde consiguen el armamento. De verdad, que no lo entendemos. Lo que vemos es que son todo intereses de potencias”, lamenta.
¿Hasta dónde puede llegar el terror del Estado Islámico?, le preguntamos. “Creo que son fenómenos que vienen y se van. Se termina el Estado Islámico y saldrá otro. Mientras que no exista justicia social, cada década saldrá un fenómeno negativo. Hemos tenido Al Qaeda y ahora nos sale esto, y vete a saber lo que va a pasar”.